Imagina que estás en una fiesta.
Te encuentras con alguien nuevo y, por alguna razón, sientes la necesidad de que te aprecie.
Comienzas a contar historias interesantes, a hacer chistes y a mostrar tus mejores cualidades.
Pero, a pesar de tus esfuerzos, esa persona parece desinteresada o incluso responde de manera fría o distante.
Este escenario es más común de lo que pensamos. A veces, sin importar lo que hagamos, parece que no podemos obtener la aprobación o el afecto que deseamos de ciertas personas. Y aquí es donde debemos preguntarnos: ¿vale la pena?
La verdad es que no tienes que demostrar tu valor a nadie. No necesitas agotarte buscando la aprobación de alguien que no está dispuesto a dártela.
Al igual que no esperarías que una planta creciera sin agua, no deberías esperar que tu autoestima florezca en un terreno que no te nutre.
En mi experiencia, he observado que cuando dejamos de buscar validación externa y comenzamos a valorarnos por nosotros mismos, las relaciones se vuelven más auténticas y menos forzadas.
La autoaceptación es la clave para atraer a personas que realmente aprecian y valoran lo que eres, no por lo que haces o dices, sino simplemente por ser tú.
Así que, si te encuentras en una situación donde sientes que tienes que probar tu valor, recuerda que tu valía no depende de la opinión de los demás.
Eres valioso o valiosa por quien eres, no por quien alguien quiere que seas.
Abraza tu autenticidad y deja que aquellos que son incapaces de ver tu luz, simplemente pasen de largo.
Tu valor es innegable, y aquellos que importan lo reconocerán sin que tengas que demostrar nada.
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