Es importante recordar que todas las emociones tienen un propósito y nos brindan información valiosa sobre nosotros mismos y nuestras experiencias.
Aceptar y comprender nuestras emociones, en lugar de rechazarlas, puede ser el primer paso hacia una mayor salud emocional y bienestar.
A menudo tendemos a evitar o rechazar ciertas emociones, especialmente aquellas que consideramos negativas como la tristeza, el miedo o ira.
Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué lo hacemos?
PROTECCIÓN: A veces, nuestro cerebro intenta protegernos de emociones que percibe como amenazas para nuestro bienestar emocional.
EDUCACIÓN Y CULTURA: La forma en que nos han educado y las normas culturales pueden influir en como expresamos o suprimimos nuestras emociones.
VULNERABILIDAD: Mostrar emociones puede hacernos sentir vulnerables, y el rechazo puede ser un mecanismo de defensa para evitar sentirnos expuestos.
CONTROL: En momentos de incertidumbre, controlar nuestras emociones puede parecer una forma de mantener el control sobre nuestras vidas.
Y tú, ¿cómo manejas tus emociones?
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