Está claro que ser sinceros en su justa medida está bien, pero, hay que saber emplear bien las formas, el momento y teniendo en cuenta las emociones y la persona (si bien la conocemos y sabemos como es).
Hay ocasiones, en las que ser demasiado sincero puede ser negativo, y de ahí nos viene el pensamiento de querer llevar la razón y pensar “¡encima que fui sincero se queja!”, “ no sé para que me pide mi opinión si se lo va a tomar a mal”, etc.
No olvidemos que aunque la sinceridad está bien vista, solo es bien recibida si lo que se dice es positivo. En caso contrario, puede que nos veamos envueltos en más de un conflicto, sin haberlo buscado.
También, hay una fea manía que no nos damos cuenta a veces, y es que no creémos con derecho a saber dirigir la vida y la situación de la otra persona y lo que hay que tener en cuenta es que cada persona es diferente, cada uno tiene sus tiempos, cada uno se expresa diferente y actúa diferente aunque para ti te resulte la misma situación y hubieras actuado como tal forma.
Aquí te voy a mostrar algunos ejemplos para que me entendáis por donde voy.
Cuando tu sinceridad es capaz de bajar una autoestima, de hacer sentir mal, menos, de ofender, mejor quédate en silencio.
Cuando tu "opinión" llena de verdades (tu verdad) es capaz de desmotivar a alguien, mejor quédate en silencio.
Cuando tu "crítica constructiva" la vomitas desde la necesidad de tener la razón, de decir lo que pienses por encima de quien sea ... ¡mejor quédate en silencio!
Una "verdad" sin empatía y amor simplemente son palabras para satisfacer a tu ego y hacertte superior a los demás.
¿Podríais ponerme algún ejemplo más?
También me vale alguna situación en la que os hayais visto envuelt@s de un “golpe” de sinceridad de otra persona y os ha molestado. ¡¡Os leo!!
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